Estoy otra vez por aquí, hace mucho tiempo, bastante, casi
más de un año, pero la repostería me tiene muy, muy entretenido. Se ha
convertido en mi nueva pasión, y me hace realmente feliz, exactamente igual que
cuando realizo cualquier actividad artística.
Cuando escuchaba que la cocina es un arte, que es creativa,
no era capaz de creerlo. Después de haber pasado por la facultad, cambie mi
parecer sobre el arte, ya no era solo lo bello, sino que también debía
transmitir algo, un mensaje una emoción, algo más allá de la descripción con
palabras, la impresión pura de un idea, discurso o sentimiento capaz de ser
compartido y comprendido por lo demás.
¿La cocina un arte? ¿Pero de qué hablamos...? Pues ahora soy
capaz de entenderlo...El lenguaje humano no solo puede ser visual o fónico
(leguaje visual, verbal y escrito), corporal (táctil), o a través del olfato
(por ejemplo el perfume), ¿qué ocurre con el olvidado sentido del gusto? Las
papilas gustativas... ¿son capaces de transmitir algo?
Claro que sí, con el gusto somos capaz de rescatar por
ejemplo recuerdos olvidados del pasado, como de nuestra infancia, el plato preferido
de nuestra madre, los domingos en familia, una navidad muy feliz...Esa
recreación de sensaciones es posible con la comida (dulce y salda), y debe apoyarse
en los demás sentido para ser completa y excepcional. La nueva cocina se apoya
en esto, cuida el sabor, la estética visual, las texturas en la boca, la mezcla
de sabores para jugar con nuestras sensaciones e impresiones de los comemos,
dan un plus a la comida, la convierte en algo mas, en un placer para los
sentidos y agitan nuestra mente con las asociaciones que son capaces de
producirnos, ¿a caso no pretende eso el ARTE?
Eso sí, no podemos aproximarnos a este tipo de cocina y al
arte sin una mente abierta y predispuesta a experimentar, sino jamás lo
entenderemos.
La repostería que pretendo alcanzar es eso en definitiva,
una repostería que sea ARTE, con un fin caduco, perecedero e irrepetible, tan
importante por fuera como por dentro. LA comida es para comerla, es su fin,
pero el proceso de comerla desde que la vemos hasta que la tragamos, es la experiencia
artística, una performance personal e irrepetible.